DULCE y AMARGO... Reinventarse en ambos.

viernes, 14 de julio de 2006

Las vivencias de Vitácora

Había sido un día agotador. Demasiado caminar, demasiado preguntar, demasiado tratar de entenderme a señas. La primavera en este continente, más bien parece como verano de desierto.
Logré entender cómo llegar al hotel y traté de hacerlo caminando, hasta que reparé que no había calles para peatones, solo highway!!. Ok. da igual mis garabatos pues nadie entiende ni jota. Pero tuve que caminar, pues ya me habían advertido que no me entenderían dando instrucciones de calles. Nadie hablaba siquiera inglés! Eran alrededor de las 8:45 de la noche, había por lo menos 30º de calor, cargada con mochila al hombro, mapita en una mano y agua en la otra.
Luego de 28 cuadras, aparece un edificio de 50 pisos! (en esas 28 cuadras se viven vidas paralelas, pero eso es historia de otro post). Las habitaciones eran más bien departamentos. Fui feliz cuando me desplomé en la gran cama que me esperaba. No sé cuánto tiempo cerré los ojos, pero me desperté con un murmullo un poco fuerte. Fue extraño, pues pese a que se escuchaba una masa muy grande murmurando "algo", no lograba escuchar bien que era. Al abrir los ojos vi una gran flecha verde en el techo, en dirección a una de las ventanas. Pensé en otra forma de indicar alguna vía de escape. Curiosa fui hasta la ventana y cuando corrí las cortinas, me encontré con una inmensa Mezquita a unas 7 cuadras de distancia. La imagen verdaderamente me impresionó. Menos adormilada me di cuenta que el murmullo, eran cientos de voces que salían de todas partes recitando como en letargo… mmm tenia que investigar.
Tema aparte fue cuando decidí tomar una ducha y aun refregando mis ojos para abrirlos mejor, veo cómo una gran Iguana sale del baño a paso apresurado, en dirección al living.
Pegué un grito tan fuerte, que creo que hasta el murmullo se detuvo. Salté cama arriba y luego pensé en lo ridículo de la imagen, así que bajé decidida a buscar a mi compañero de habitación, pero no hubo caso. Había desaparecido!!
Bajé a la recepción, alegando por lo ocurrido. Me cambiaron de habitación desde el piso 32 al 45!. La vista la tengo aun pegada a mi cornea y estómago.

A la mañana siguiente ya recuperada, me siento distraídamente entre los casi 400 participantes. Un día normal hasta que de pronto la gran mayoría de estas personas, salen del salón a medio día sin casi hacerse escuchar. Y lo mismo ocurrió los días siguientes, fuera donde estuviéramos. Al preguntar me señalan que la salida masiva es debido a la costumbre de orar y en aprticualr la oración de las 12:00.
- Quéééé???
Todos los días en horarios fijos, mirando a la Mezquita central, se realiza un rezo….

- Ahhhh ese murmullo medio aletargado!! Ahora entiendo y la mezquita central supongo será la que vi desde mi habitación. Ahí fue cuando me explicaron que la gran flecha verde del techo, era para indicar la dirección a la cual se debía dirigir la oración arrodillada.
Terminada la semana, el día viernes fue realmente digno de fotografiar (aunque me lo prohibieron) Ese día en particular, es la oración central de la semana y también a medio día. Todos los lugares se detienen, incluso el tránsito. Todas las Mezquitas se repletan para el rezo de costumbre. Tanto así es, que el comedor de nuestro lugar de reuniones (un gran salón por cierto) lo convirtieron en sala de oración. Cargado de colchonetas y llenos de flores exquisitas. No hubo nadie que no se hincara a rezar, salvo los que tuvimos que detener nuestras obligaciones occidentales.

Levantados todos de sus rezos, veía rostros nuevos, casi ungidos, descansados pese a lo letargoso que me parecía el rito cada vez que lo vi o escuché.
Me acerqué a uno de mis compañeros lugareños y le pregunté: cuál era la razón de tu rezo, que pedía?
Me miró como extrañado y me contestó: yo sólo doy gracias!!

Esa noche medité en todas aquellas cosas que he tenido la fortuna de experimentar, sentir, ver, tocar, aprender, resolver, amar... incluso recordé aquellas cosas que han provocado dolor, angustia y hasta desesperación en mi vida. Medité en recuerdos tontos incluso; lloré por horas y no pude sacar de mi cabeza la expresión de mi compañero. Era tan simple, tan colosal...

Esa noche tuve una larga conversación con Dios.
Y mi mochila consiguió su primer cargamento local: recordar todo lo bueno que mi vida tiene.

LA FOTO: S. Salgado consiguió una muy buena toma de la Mezquita de Isticlal, la que estaba a distancia de mi habitación. Es la mayor del mundo. Sólo la planta baja puede dar cabida a 10.000 personas.
Reinventado por Bitter & Sweet a las 20:58

1 Comments:

Exacto!!!
eso es, asi de simple y en ello creo radica lo increíble del equilibrio.
gracias x venir

5:26 p. m., julio 16, 2006  

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